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lunes, 28 de julio de 2008

'Iván el Terrible' vuelve con Pavel Lungin


Filmó las esperanzas y las peripecias de la 'perestroika' antes de sumergirse en el alma rusa. Con 'Iván el Terrible', el realizador ruso Pavel Lungin se lanza a por uno de los personajes más complejos de la historia de su país.

Durante cinco meses, el realizador de 'Taxi Blues' y de 'Un nuevo ruso' ha rodado este filme ambicioso que retrata la confrontación entre el zar déspota y el arzobispo Felipe, símbolo de la consciencia despertada, en Suzdal, en el corazón de la Rusia eterna.

"Para mí, es una película sobre la contradicción entre el poder absoluto y la idea de Cristo, de espiritualidad", explica Pavel Lungin, cuya película está siendo montada en Moscú de cara a ser estrenada en la primavera de 2009.

Creyéndose con una misión divina en una Rusia presa de los complots y el desorden, Iván el Terrible (1530-1584) instaura un poder absoluto aplastando, con una crueldad legendaria, a todos los que le molestaban.

En este clima de terror, el arzobispo Felipe, un gran erudito amigo de Iván, osa levantarse y denunciar la tiranía mística del soberano, pese a la certidumbre de una muerte brutal. Termina exiliado en un monasterio, donde uno de los hombres de confianza del zar le estrangula en su celda.

"Es la historia de una amistad traicionada, entre dos personajes muy 'shakesperianos', de los que uno se convirtió en un santo y otro en un monstruo", constata Pavel Lungin, que rechaza cualquier idea de película política y cualquier relación con la Rusia de hoy, mucho más "apacible", cuenta.

"Felipe es un arquitecto, un ingeniero, una figura del Renacimiento como Leonardo da Vinci (...) Iván el Terrible era un tirano, que pensaba realmente que ocupaba el puesto de Dios en la tierra".

Con la caída de la URSS, el 'monstruo' sanguinario, "el enemigo del pueblo" parece haber encontrado un aura especial, un estatus de gran personaje de Rusia, como Stalin, llegando algunos a sugerir que sea beatificado.

"Recibo cartas pidiéndome que deje la película con el argumento de 'no toque eso con manos sucias'", cuenta Pavel Lungin, que ve detrás de estas amenazas una mezcla de aires "nacionalistas, comunistas, monarquistas, con un ligero tufo de ortodoxia reaccionaria".

A través de Iván el Terrible, el realizador prosigue su búsqueda de la espiritualidad, que le valió un gran éxito en 2007 con 'La isla', película sobre la redención en la historia de un marino arrepentido que llega a un monasterio, donde se convierte en una especie de sabio.

"Parece que en la Rusia de hoy día la cuestión principal que se plantea es la del sentido de la vida", afirma, evocando la fiebre consumista que invade su país.

Tras 70 años en la oscuridad, de la Revolución de Octubre a la caída de la URSS, una oleada de películas dedicadas a personajes históricos (Gengis Khan, el príncipe Vladimir, etc.) comienza a surgir.

"Para comprender el presente se gira hacia el pasado. Antes se vivía en el miedo y se ha sobrevivido. Hoy existe la necesidad de comprender", argumenta el realizador.

Más conocido por sus sátiras sociales post-soviéticas -sobre los oligarcas ('Un nuevo ruso'), la mafia, el nacionalismo ('Luna Park')- Pavel Lungin parece haber pasado página sobre estos temas.

¿La Rusia contemporánea se ha vuelto menos interesante? Para él, sin duda, 'sí'. "El tiempo de los grandes cambios ha terminado. Se ha vivido un período apasionante de transición con las situaciones, de caracteres muy fuertes. El país no sabía dónde iba", comenta.

Por eso decidió volver a Moscú en 2004, tras haber vivido durante mucho tiempo en Francia. En Rusia, todo es posible "a condición de quererlo y de tener talento", afirma.

Fuente: Yahoo

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